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Logopedia: consejos para la reeducación de las disfonías/foniatría

Sara Torelló i Enrich
Pedagoga y logopeda de Toengab

Todo el mundo ha oído hablar del aparato fonador y quién más, quién menos, recuerda su funcionamiento. Básicamente, la existencia de la voz es fruto de una corriente de aire, una vibración y una resonancia. Son como los tres «colores» básicos, cuya combinación nos dará principalmente el timbre de la voz, nuestro gran elemento diferenciador. 

La voz, en términos generales, también tiene sus enemigos. Cuando no sabemos resolver los problemas que se generan, aparecen los trastornos vocales, etc. 

Veamos algunos consejos que nos pueden ayudar a evitar problemas que puedan surgir. 

Lo primero que haremos será hacer trabajar el diafragma y la respiración. Técnicamente, el diafragma es un músculo transversal que separa el sistema respiratorio del digestivo. El diafragma es vital para la respiración y la correcta ejecución de los sonidos vocales. El medio idóneo y perfecto para hacer trabajar el diafragma es la risa, un ejercicio natural que hace funcionar de forma sana este músculo. Además, conviene buscar otros ejercicios que complementen el trabajo de desarrollo mediante la ejecución de sonidos que sacuden el abdomen y el diafragma, como la emisión de los sonidos: [ha], [tst], [pst] o [xxt] ejecutados enérgicamente. También podemos hacer uso de exclamaciones y palabras de una sílaba: [hei], [hop], [pai], [gas]… o palabras de dos sílabas, cuya primera sílaba lleva el acento melódico: [ho-la], [ca-lla], [sal-ta]… Podemos ampliar esta serie de ejercicios con ejecución melódica ascendente o descendente. 

Con el movimiento de los músculos abdominales y del diafragma empleados en este trabajo, conseguimos estimular la respiración costo-diafragmática. Otros consejos a tener en cuenta para mejorar el proceso respiratorio: aprender a respirar por la nariz, aprender a respirar por la parte inferior del tórax, evitar llenar los pulmones solo con el movimiento inconsciente de levantar los hombros. 

La siguiente fase será la de ejercitar la articulación, realizando movimientos de la lengua, los labios y la mandíbula inferior. Son ejercicios como los siguientes, y como verás son bastante entretenidos y no cansan la voz:  Ejercicio 1. Ejecución de la «r» apical alternando varias consonantes con la combinación de vocales con timbre similar (a, e, o).  Ejercicio 2. Como si llamáramos a un gato o perro: «pf» y añadimos una «è» abierta. Explosión del fonema «br» y prolongando el sonido vocal con una tensión progresiva del diafragma «braaaaaaaaa». 

Paralelamente, también se debe estimular la resonancia, ya que es el aspecto que corona todo el trabajo de la voz. Cuando articulamos una admiración, por ejemplo, utilizamos la resonancia de una forma natural y todas las cavidades supraglóticas: cráneo, huesos, dientes, mucosas. Podemos pensar y realizar ejercicios muy sencillos pero muy útiles como, por ejemplo, hablando: [ah], [oh], [m]. Los ejercicios con vocales nasales, realizados de una forma no nasalizada, tienen la ventaja de relajar la musculatura del cuello y en particular de los músculos de la voz, así como del velo del paladar y, por lo tanto, favorecen la ampliación de la faringe. Para ejercitar la resonancia nasal, se pueden usar las consonantes sonoras [m], [n], [ñ], entre otras. 

Para terminar, una consideración importante y un buen consejo: deberíamos aprender, todos y cada uno de nosotros, a escucharnos a nosotros mismos, a sentirnos interiormente y exteriormente y comparar nuestra voz con la de las personas que nos rodean, un ejercicio muy interesante que nos enseña y nos descubre aspectos que, de otro modo, no descubriríamos nunca o tardaríamos mucho en hacerlo. Los especialistas en voz hemos desarrollado metodologías específicas y personalizadas para la resolución de cada caso.

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